Sobre la Sequoia sempervirens y cómo de sensacional puede llegar a ser la taxonomía

La Sequoia sempervirens es la única especie conocida del género Sequoia. Este dato es más que conocido, pero no se puede evitar sentir un apego especial por todas aquellas especies de las que no se conocen hermanos, aunque la vida, con sus misterios y regalos, de vez en cuando sorprende, pero bien, al mundo botánico. Y quién sabe, tal vez algún día se encuentre en algún páramo remoto algún hermano, llamándose Sequoia a-saber-qué-más. Hasta entonces y con dudas de por medio, S. sempervirens seguirá siendo hija única.
Imagen 1. Bosque de S. sempervirens (Sequoia National Park, United States). © Josh Carter
Esta especie pertenece a uno de los órdenes arbóreos más bonitos del mundo: las Coníferas, el grupo más importante de las plantas Gymnospermas (sin flores “verdaderas”; entendiendo estas como flores con ovario cerrado).
S. sempervirens, pese a ser hija única, se la confunde y relaciona bastante con dos especies: Sequoiadendron giganteum  —Secoya gigante— y Metasequoia glyptostroboides —metasecoya—.
Como esta es la primera entrada del blog, usaré a la Sequoia como conejillo de indias para hablar un poquito sobre la clasificación y taxonomía botánica:
Bien conocido por muchos es el hecho de que en el mundo científico a los seres vivos se les nombra con dos palabras. Esta forma de nombrar (nomenclatura binomial) comenzó en el S.XVIII cuando Carl Nilsson Linnæus (Carlos Linneo) la generalizó a raíz de sus publicaciones. Aunque no fue el primero en usarla ni quien la ideó.


Un ejemplo es:

Sequoia sempervirens (D.Don) Endl.


  • Sequoia hace referencia al género. Cuando en esas primeras clases de Biología nos explicaban lo que es la nomenclatura binomial, nos contaban que es algo así como “el nombre y el apellido”; así, en ese orden. Pero a mí me parece más bien al revés. En este caso, «Sequoia» vendría a hacer referencia al “grupo” en el que se encuentra la especie, por eso a mí me recuerda más al apellido familiar. Es como si toda la familia (padres, hermanos, abuelos, tíos, primos…) fuese la familia «Cupressaceae», y tu núcleo familiar, tus apellidos, «Sequoia».
  • sempervirens significa “siempre verde”, una forma de indicar que tiene la hoja perenne. Como epíteto específico, y continuando con el símil anterior, vendría a significar algo así como uno de nuestros nombres. Ya que señala a quién nos estaríamos refiriendo dentro del núcleo familiar «Sequoia», pues señala una característica, aspecto o lugar de procedencia de la especie.
  • D. Don y Endl son las personas que describieron la especie por primera vez. Ahora bien, ¿por qué D. Don está entre paréntesis? “D. Don” es David Don, un botánico escocés y “Endl”, Stephan Ladislaus Endlicher, botánico austríaco. En Sequoia sempervirens se da un gran ejemplo de «combinación» botánica. Esto ocurre cuando quien describe una especie la recoge en un género y le da un epíteto específico —Don— y, años después, otro alguien —Endl— descubre que ese género en el que está designada la especie no es correcto y la cambia de género. Esto sucede cuando se descubre que una especie ya descrita se encuentra en un género al que no pertenece y deciden cambiarla de género. David Don nombró en 1824 a la Sequoia sempervirens como Taxodium sempervirens, pero Stephan Endlicher se dio cuenta en 1847 de que Taxodium sempervirens no era Taxodium, sino Sequoia.
Si quieres saber cómo escribir de forma correcta los nombres científicos, te dejo aquí un enlace a una entrada maravillosa que Aina S. Erice escribió hace unos años. Estoy segura de que aunque ya lleves tiempo nombrando de esta forma, algo nuevo aprenderás.

 


Rescatemos a sus hermanastras, la secoya gigante y la metasecoya. Como se aprecia por sus nombres científicos (Sequoiadendron giganteum  y Metasequoia glyptostroboides), no son hermanas, pertenecen a géneros distintos. Aún así, sí que podría decirse que Sequoiadendron giganteum es algo así como su prima y Metasequoia glyptostroboides, su prima lejana. ¿Por qué?
Las tres pertenecen a la familia Cupressaceae, y como se ve en la Imagen 2, la familia se va ramificando hasta que hay una ramificación que da a los tres géneros. Esta ramificación, conocida en términos botánicos como Clado, se llama Sequoioide. Este Clado se divide en un género: Metasequoia; y una subfamilia: Sequoioideae, dividida a su vez en dos géneros: Sequoia Sequoiadendron.
Imagen 2. Parte de la clasificación de la familia Cupressaceae.

Como Sequoia sempervirensSequoiadendron giganteum Metasequoia glyptostroboides también son los únicos ejemplares conocidos vivos de su género. Pero, a diferencia de las Sequoioideae, de Metasequoia glyptostroboides sí que se conocen otros parientes, pero fosilizados. De hecho, el género nació para dar nombre a un fósil del Mesozoico japonés en 1941, y fue en 1944 cuando hallaron en China un pequeño bosque de árboles sin determinar. Pero por la guerra no se describieron de forma oficial hasta 1948.Los fósiles de Metasequoia spp. se han encontrado en distintas partes del Hemisferio Norte, siendo, de las 20 especies descritas en un principio, tan solo tres: M. foxii, M. milleri, y M. occidentalis.
Este género, considerado un fósil vivo debido a la escasa variabilidad genética y habiéndose temido por su supervivencia a principios de los años noventa del siglo pasado, parece que se escapa debido al gran auge ornamental que ha tenido.


Suficiente por hoy, ¿no crees? ¿Qué te ha parecido? ¿Encuentras la taxonomía y la forma en que el ser humano ha ideado para clasificar las plantas tan fascinante como yo? Cómo me encantaría poder conocerlas a todas.
En mi cuenta de Instagram hablo de forma un poquito más concreta sobre la Sequoia sempervirens, por si le quieres echar un vistazo.

✨💚¡¡Muchísimas gracias por estar leyendo esto!! 💚✨
Nos leemos en la próxima. Hasta entonces, ¡que la clorofila te acompañe! 🌱

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